¿Son las Plataformas de Música en Streaming Justas con los Artistas?

En los últimos años se ha escuchado una queja recurrente de muchos artistas musicales sobre las plataformas de música en streaming, como Apple Music o Spotify. La queja es que estos artistas tienen la impresión de no ser justamente compensados económicamente por la reproducción de su música en estas plataformas.

Actualmente, Spotify, la compañía con el mayor número de suscriptores a nivel mundial, paga a los artistas un aproximado de $0.003 - $0.005 por cada canción reproducida en su plataforma.

La Unión Europea ha planteado recientemente iniciativas de ley para crear regulaciones legales sobre las compañías de música en streaming en favor de los artistas, pero aún no han sido concretadas. En Estados Unidos, apenas ha sido mencionado el tema por algún congresista, sin llegar muy lejos.

Leer sobre las iniciativas de ley planteadas por la UE para regular los pagos a los artistas me hace cuestionar si estas regulaciones tienen sentido, y cuáles serían sus posibles consecuencias.

Como ferviente libertario, defiendo que los mercados, en cualquier campo, incluyendo la música, siempre deben ser completamente libres, sin intervención gubernamental. Si los gobernantes impusieran leyes que obliguen a las compañías de música en streaming a compensar a los artistas de la forma que ellos decreten, sería intervenir deliberadamente en el mercado de la música.

Podríamos argumentar que realmente esto no sería justo, pero como veremos, podría además tener consecuencias negativas.

¿Por qué no sería justo regular legalmente a las compañías de música en streaming, para que compensen económicamente a los artistas de acuerdo a lo que decrete cierto gobierno?

Primero que todo, no sería justo porque limita a los emprendedores que crearon las compañías de música en streaming de recibir los frutos de su esfuerzo.

Pero además debemos considerar lo siguiente: en general, ningún artista tiene obligación de colocar su música en estas plataformas. Lo hace bajo su propia voluntad, por lo que si no está satisfecho con los términos de estas plataformas, es libre de retirar su música y comerciarla de forma distinta, o por su propia cuenta. Venta directa o crowdfunding son algunas opciones.

Es decir, desde este punto de vista, las compañías de música en streaming son realmente un servicio, no solo para los consumidores, sino para los artistas. Se podrían considerar simplemente como una oportunidad que cualquier artista puede aprovechar, o no, para poder distribuir su música a un público potencialmente enorme.

Esta libertad individual es otra razón por la que no me parecería justo regular legalmente a estas compañías. Y ya que los artistas pueden escoger libremente no participar y buscar opciones por otro lado, si suficientes artistas escogen hacer eso, irremediablemente las compañías de música en streaming van a tener que aplicar ciertos cambios a sus políticas por iniciativa propia, para poder retener a los artistas.

Este es el mercado regulándose por su propia cuenta, gracias a las decisiones individuales de cada persona, y es lo que sucede normalmente en un mercado libre de intervención estatal.

Esto además promueve la libre competencia. Si es evidente que hay artistas insatisfechos con el servicio actual, surge un incentivo para la aparición de nuevas compañías de música en streaming que ofrezcan términos que estos artistas podrían encontrar más favorables. Ya se está escuchando sobre el surgimiento de estas nuevas plataformas, especialmente las basadas en Web3, que utilizan tecnología de blockchain.

Esto es muy positivo para los artistas, ya que con el surgimiento de nuevas compañías se expanden sus opciones para la distribución de su música y mejora potencialmente las remuneraciones económicas que podrían llegar a recibir. Además, la aparición de estas nuevas compañías podría ser otra manera de motivar a las actuales a modificar sus formas de operar.

La libertad del mercado, y la de cada uno de los artistas, promueve que estas situaciones tan positivas se vayan desarrollando de forma natural, y probablemente no se darían si se implementaran leyes para la regulación de las compañías de música en streaming. Ahora veremos por qué.

Como mencioné, podría haber consecuencias negativas si se implementan regulaciones legales sobre los pagos a los artistas. Una de ellas es que, al forzar aumentar los pagos de forma artificial, se reducirían necesariamente las utilidades que las compañías de música en streaming obtendrían. Esto podría llegar al punto en que no sea suficiente incentivo económico para sus propietarios seguir manteniendo activas estas compañías, llevándolos a tomar la decisión de cerrarlas. Estas regulaciones legales incluso podrían hasta causar que las compañías de música en streaming tengan pérdidas, y llevar a algunas a la quiebra.

Esto no favorece a los artistas, y es una pérdida para ellos, tanto en oportunidades para la distribución de su música, como del pago que reciben actualmente por las reproducciones. Además, podemos suponer que estas regulaciones podrían desincentivar la creación de nuevas compañías de música en streaming, ya que los emprendedores en potencia verán ante ellos un panorama de mercado con regulaciones legales que podrían considerar no favorables, y decidir mejor invertir en algo distinto.

Situaciones similares ya se han visto en el pasado en países que han padecido gobiernos con inclinaciones de izquierda, los cuales se empeñan en regular legalmente a toda clase de compañías y sectores económicos, definiendo, entre otras cosas, precios de venta de sus productos, o salarios laborales, causando aumento de costos empresariales, con consecuencias negativas como el cierre o quiebra de empresas, además de desincentivar la inversión. Son hechos.

Debido a lo expuesto, creo que lo más positivo sería que cada quien sea libre, tanto las compañías de música en streaming al no someterse a regulaciones legales, así como los artistas en decidir cómo y dónde comerciar su música. Además, sería oportuno que los artistas que se han quejado sobre las actuales compensaciones que ofrecen las compañías de streaming, puedan llegar a entender que la libertad es la mejor forma de influenciar el mercado y lograr que surjan nuevas alternativas.

Por otro lado, hay que ser realista. Los servicios de música en streaming es lo que tenemos, y de hecho, desde el punto de vista de ganancias económicas, es una mejora a lo que había previamente. Si lo consideramos, lo que vino a disminuir las ganancias que los artistas solían recibir de su música, desde la época de la vigencia de la venta de discos, fue la piratería en línea a través de archivos digitales, como el mp3.

Esta situación resultó imparable para la industria de la música, y lo único que vino a restituir alguna semblanza de generación de ingresos fueron las plataformas de música en streaming.

Si las actuales compañías de streaming llegaran a desaparecer sin ninguna alternativa similar viable, lo que sucedería, al menos directamente, sería volver a la era de la piratería en mp3.

Podríamos agregar que los consumidores de música ya están acostumbrados a la conveniencia que permiten las plataformas en streaming, y quizás solo por eso, aunque se pretendiera, no se podría volver atrás, ya que no sería bien aceptado.

Por lo tanto, está bien que los artistas expresen sus deseos personales, ya que eso transmite ideas a los empresarios y emprendedores. Les deja medir la situación del mercado. Sin embargo, la mejor opción es continuar moviéndose hacia adelante, permitiendo el desarrollo natural del mercado y la tecnología, en libertad y sin intervenciones gubernamentales, dejando que sean los artistas, así como los consumidores de música, a través de sus decisiones individuales, los que dirijan el rumbo de la industria musical.

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