Un año sin TV - Parte 2: Desconectándome

Recientemente publiqué un post en mi blog detallando mi trayecto hacia dejar de ver televisión. Dejar de ver TV era algo que había estado en mi mente durante muchos años

El momento en que finalmente sentí la inspiración para hacerlo llegó, irónicamente, mientras veía una película, The Matrix Resurrections. La estaba viendo solo, muy entrada la noche, y de alguna manera decidí que dejaría de ver televisión de forma repentina, justo después de que terminaran los créditos de la película. Nunca olvidaré ese momento.

Debe haber habido algo bastante inspirador en el mensaje de la película, aunque no puedo recordar en este momento con certeza de qué se trataba. Quizás fue su temáica de "escapar de la matriz". Pero en fin, lo hice: en diciembre de 2021, para usar una frase relacionada a The Matrix, "me desconecté". Un año y tres meses después, aún no he visto hacia atrás.

Los primeros 4 meses fueron los más difíciles. Todavía pensaba mucho en la televisión, especialmente cuando algo malo me pasaba y quería mi acogedor escape. Pero resistí y lentamente me encontré empezando a no preocuparme más por esa caja tonta.

Algo que me ayudó a hacer la transición más fácil fue empezar a escuchar audiolibros. Audionovelas, para ser más específico. Eso realmente hizo la diferencia. Escuchando por la noche, con los ojos cerrados, todavía podía tener algún tipo de experiencia similar a ver televisión, sin todos los inconvenientes.

Creo que los audiolibros son geniales, y una experiencia alineada a la naturaleza de los seres humanos. Se han convertido en una parte importante de mi vida.

Entonces, ¿qué cambios he sentido después de detener mis terribles hábitos televisivos? Para empezar, todas las cosas negativas que mencioné en la primera parte (sentirme como un zombi, cansado, abatido, no dormir lo suficiente, por nombrar algunas,) se han ido para siempre. Pero para resumirlo en una palabra, me siento mucho más LÚCIDO. Puedo pensar con más claridad y tener mayor concentración. Mi mente es más eficiente. También tengo más energía. Estoy de mejor humor. Me he vuelto bastante más productivo. Y ser altamente disciplinado es mucho más fácil. Me siento casi como una persona diferente.

El tiempo extra que tengo ahora diaramente, no desperdiciado en la televisión, es algo que aprecio mucho también.

Además, encuentro que disfruto de actividades que no habría encontrado placenteras si todavía estuviera viendo televisión. La TV en realidad hace que el resto de tu vida sea un poco aburrida (ya que agota tus reservas de dopamina), pero deja de verla el tiempo suficiente, y de repente encuentras que muchas actividades, incluso las más mundanas, adquieren una nueva dimensión más agradable. Es solo otro recordatorio de lo antinatural que es la televisión.

¿Extraño la televisión? No realmente. Me he vuelto bastante indiferente a ella. Ya no pienso en el asunto. Simplemente ya no es parte de mi vida.

Me permito algunas concesiones: en primer lugar, creo que usar contenido en video como herramienta de aprendizaje es genial. Por lo tanto, tutoriales, videos didácticos, y cosas así están bien.

Además, ver un podcast ocasional en YouTube, donde solo se ve a un tipo hablando, está bien también. La mayoría de las veces ni siquiera veo al tipo en la pantalla, solo escucho, de todos modos.

Por último, de vez en cuando me permito ir al cine. Definitivamente quiero ver algunas películas específicas, y si es solo algo ocasional, no veo ningún problema. El año pasado fui a ver 2 películas, y no me arrepiento en absoluto.

Debo agregar que hace un par de meses me compré una PS5, y empecé a permitirme jugar videojuegos los fines de semana. No recuerdo haberme sentido enganchado a los videojuegos antes, así que creo que estaré bien.

Incluso si jugar videojuegos es algo similar a ver televisión, creo que es una actividad superior que realmente puede tener muchos beneficios. Sin embargo, he sido muy consciente de jugar con moderación. Si encuentro que los videojuegos están afectando negativamente mi vida, probablemente los eliminaré. Supongo que el tiempo lo dirá.

Recomiendo bastante a cualquiera que lea esto que contemple los efectos que ver televisión está teniendo en su propia vida y evalúe seriamente si vale la pena.

Durante muchos años deseé poder dejar de ver televisión y, aunque al principio me resultó difícil, al final ha valido completamente la pena. Creo que lo aprecio más y más cada día.

Compartir:

X
Facebook