Componer Música: Arte Sin Algoritmos

Hace poco me topé con este fragmento de Robert Greene perteneciente a su libro "Mastery". Me pareció profundo y muy interesante, ya que trata sobre cómo un proceso de estudio y práctica durante años puede llevarnos a desarrollar un gran dominio sobre una disciplina, ya sea un arte u otra área.

En este fragmento, Greene nos dice, "Cuando nos tomamos nuestro tiempo y nos enfocamos en profundidad, cuando confiamos en que pasar por un proceso de meses o años nos llevará a la maestría, trabajamos con la naturaleza de esta maravillosa herramienta [nuestra mente,] que se desarrolló a lo largo de millones de años. Nos movemos infaliblemente hacia niveles más altos de inteligencia. Vemos más profundamente y de manera más realista. Practicamos y creamos cosas con habilidad. Aprendemos a pensar por nosotros mismos. Nos volvemos capaces de manejar situaciones complejas sin sentirnos abrumados. Al seguir este camino, nos convertimos en Homo magister, hombres o mujeres el Maestro.”

Greene continúa, “En la medida en que creamos que podemos saltarnos pasos, evitar el proceso, obtener poder mágicamente a través de conexiones políticas o fórmulas fáciles, o depender de nuestros talentos naturales, vamos en contra de esta naturaleza y revertimos nuestros poderes naturales. Nos convertimos en esclavos del tiempo: a medida que pasa, nos debilitamos, somos menos capaces y quedamos atrapados en alguna carrera sin futuro."

El fragmento concluye con la idea de que intentar buscar una fórmula mágica para saltarse estos años de estudio y práctica, buscando "atajos", no solo no funciona, sino que es contraproducente, volviéndonos menos capaces e incluso débiles.

Inmediatamente vino a mi mente el arte que más he estudiado y practicado durante la mayor parte de mi vida: la composición musical. Lo asocié con uno de los fenómenos más vigentes y polémicos en el mundo actual: las herramientas de Inteligencia Artificial.

La Inteligencia Artificial (IA) ha avanzado mucho en los últimos años, pero no fue hasta hace poco que se reveló como una sensación mundial, generando tanto apasionado entusiasmo colectivo como preocupación en muchas industrias, cuyos miembros pronostican ser reemplazados por herramientas de IA.

Esto es comprensible. Uno de los mayores ejemplos actuales de esto son los populares servicios de generación de imágenes a través de texto. Después de utilizar estos servicios, experimentar la calidad y diversidad de las imágenes generadas, y lo fácil y relativamente económico que es crearlas, tiene sentido esperar que un significativo número de personas jamás vaya a considerar contratar a alguien para que elabore sus proyectos gráficos de forma tradicional. Esto ha generado frustración entre diseñadores y artistas que han perdido potenciales clientes en poco tiempo.

Aunque los chatbots han existido durante muchos años, nada se compara con la capacidad moderna y el alcance de los "Modelos de Lenguaje basados en IA", como ChatGPT y otros similares. Para muchos, esta tecnología se ha vuelto indispensable en su día a día. Yo mismo me incluyo en ese grupo, y debo agregar que, como persona altamente curiosa que soy, una herramienta para generar información como ChatGPT es casi un sueño hecho realidad.

Por supuesto, también existen herramientas de generación de contenido mediante IA para muchas otras áreas, incluida la música.

Imagino que a muchos compositores y músicos les ha pasado alguna vez por la cabeza la idea de que también podrían ser reemplazados por herramientas de IA, o incluso podrían haber considerado beneficiarse ellos mismos del uso de esta tecnología.

Me quiero enfocar en este último punto. Supongamos que alguien ha aspirado toda su vida a componer y lanzar su propia música, pero nunca ha aprendido a hacerlo, ni mucho menos ha tenido el interés o la disciplina para pulir y dominar ese arte. Su capacidad de composición musical es objetivamente mediocre, pero de pronto se topa con esta tecnología de IA que le permite generar pistas musicales al estilo de reconocidos artistas. Ahora, finalmente, tiene los medios para conseguir algo aceptable para lanzar al mercado bajo su nombre.

Esto, para mí, significa "crear un producto", y bajo esa definición hacerlo me parece válido. Sin embargo, debo expresar que, al menos en lo que a mí respecta, el fin de componer música jamás ha sido "la creación de un producto". Es por esa razón que no me veo utilizando alguna vez herramientas de IA para generar composiciones musicales.

Para mí, componer música, al igual que practicar cualquier otra rama del arte, se trata de explorar lo que tengo dentro, plasmando en el mundo, de alguna manera, mi propia imaginación, aquello que siento, la mera esencia de mi propia existencia. Es poder ver mi reflejo de esa forma. Es participar, incluso usando mi propio lenguaje, en la conversación que han tenido millones de músicos a lo largo de la historia. Es el entusiasmo de crear y contemplar mis construcciones musicales, sean hermosas o bizarras. Es hacer brotar algo que tiene vida, que llevo dentro. Es una conversación profunda con mi inconsciente. Es el disfrute de vivir en una burbuja de exploración sónica. Es lo real.

Eso es lo que me interesa, no "crear un producto".

Ningún software o Inteligencia Artificial podrá hacer todo esto por mí.

La idea de generar "mi propia música" con IA me parece ridícula y totalmente ajena a mi objetivo. No le encuentro sentido alguno.

Además, algunas cosas solo pueden ser expresadas a través de sonidos y composiciones musicales. Es decir, la música es también una forma de comunicación, algo que trasciende los filtros humanos y nos permite llegar directamente al fondo de la mente y el corazón de cualquier persona que lo escuche. Eso es lo que me interesa. Y lo que yo tenga que decir, solo yo mismo podré expresarlo.

Finalmente, creo que tampoco me sentiría bien ni me parecería respetable lanzar al mercado una canción generada por IA e intentar hacer creer que yo la compuse. Sería una ilusión lamentable. Un patético engaño, especialmente para aquellos que lo intenten.

Volviendo al fragmento de Robert Greene, me identifico al pensar que he dedicado muchos años de mi vida a aprender y pulir mi arte, y que efectivamente he visto el resultado de este enfoque prolongado, de esos años de esfuerzo. Me siento feliz y complacido con mi nivel como compositor, y me entusiasma mucho la idea de seguir aprendiendo y mejorando. Para citar al gran John Frusciante, "estar constantemente aprendiendo sobre música es para mí una necesidad personal".

Es importante notar que el fragmento de Robert Greene termina con la observación de que buscar atajos, en lugar de invertir el tiempo en la práctica y el aprendizaje, nos lleva a volvernos menos capaces. Me temo que si empezara a utilizar herramientas de IA para componer, sería como intentar buscar esa inexistente "fórmula mágica" que menciona Robert Greene, y comenzaría no solo a depender de estas herramientas, sino también a dudar de mí mismo, lo cual terminaría volviéndome un compositor cada vez menos competente.

Esto suena como algo contrario a mis metas, por lo tanto, paso.

Lo siento, no te necesito, Robo-bro.

Quiero agregar que, de cualquier forma, aunque alguien generara música con IA, no le resultaría tan fácil crear una canción completamente profesional. Una canción con un sonido profesional y potencialmente comercial es más que una composición básica, como las que por el momento pueden generar las herramientas de IA. Una producción musical de calidad es la suma de muchos y diversos elementos, que aún están lejos de ser fácilmente generados a través de software. Al menos por ahora. Seguramente, en el futuro llegará el momento en que la música generada artificialmente ya no tenga ninguna limitante.

Pensar en todo esto me recuerda las consecuencias de la llegada de los medios digitales de grabación musical. Antes solo se podía grabar música en un estudio profesional. El filtro de la calidad de la música que llegaba a ser grabada era enorme, gracias a los sellos discográficos, quienes tenían el monopolio. De pronto, con la aparición de las computadoras personales, cualquiera podía grabar y producir música en su propia casa. El resultado de esto es que aumentó desproporcionadamente la cantidad de música disponible, lo cual obviamente incluyó muchísima música de calidad cuestionable.

Imagino que sucederá algo similar con el contenido generado por IA. Democratizar la habilidad para producir algo, darle "poder a la gente", no necesariamente equivale a la creación de resultados de alto valor.

Al final, sin importar las herramientas disponibles, solo aquellos que lleguen a crear la música más original, interesante y de mayor calidad serán los que valga la pena escuchar. Esto ha sido siempre así y seguirá siéndolo.

Sin embargo, todo esto no quiere decir que opine que las herramientas de IA no lleguen a tener para mí ninguna aplicación útil en una producción musical. Imagino que, en algún momento en el futuro, al haber finalizado una composición, podría pedirle su opinión a una herramienta de IA especializada en música, tal como lo haría con un productor musical o un colega músico. Esta IA seguramente podría brindarme una opinión valiosa, en calidad de edición, sobre mi composición terminada, similar al trabajo realizado tradicionalmente por un editor de libros en una novela. No crearía la composición en sí. Sería para mí otra forma más de aprender y mejorar.

Y en general, no estoy en contra de utilizar herramientas de IA. Yo mismo he estado utilizando recientemente los servicios de generación de imágenes a través de texto para ilustrar los artículos de mi blog. No solo me he divertido mucho generando imágenes, sino que he logrado satisfacer de una forma fácil, con excelente calidad, una necesidad que siempre he tenido, la de ilustrar gráficamente mis artículos. Sin embargo, estas imágenes no son algo que me tomo en serio. No las considero "mi arte".

Me parece válido para mí usarlas, de la misma forma que me parecería válido que un cineasta que no sabe nada de componer música la genere con IA para acompañar sus películas.

De hecho, estas adaptaciones provenientes de una fuente creada por alguien más no son algo nuevo. Como todos saben, desde hace muchos años existen librerías de imágenes de stock o música de stock en venta, para que uno las use en sus propios proyectos. Incluso las hay de uso libre. Generar hoy en día este tipo de contenido con la ayuda de IA solo hace esto mismo algo más personalizado.

Aunque me encuentre rodeado de tecnología avanzada, seguiré creando música por mí mismo.

Algunos pensamientos adicionales sobre las herramientas de IA:

Es importante tener en mente que todo esto apenas está empezando. La tecnología de Inteligencia Artificial va a seguir avanzando y creciendo en los siguientes años. Esto me entusiasma y asusta en la misma medida. ¿Qué va a suceder cuando la inteligencia artificial no solo haya alcanzado completamente la capacidad humana, sino que la haya superado totalmente?

Me imagino en el futuro la existencia de un software de IA con el cual un director de cine analice, en tan solo unos segundos, una película que acabe de terminar, y el software, al haber analizado cada escena, haya generado música para acompañarla, emulando a la perfección, e incluso mejorando, a grandes maestros de la música para películas, como John Williams.

Así como hoy es tan fácil generar imágenes a través de texto, anticipo que llegará el día en que sea igual de fácil generar videojuegos con una complejidad y nivel de interacción jamás antes vistos. ¿Y se imaginan que en un RPG existan NPCs, cada uno con un nivel de inteligencia igual o mayor que ChatGPT? ¿O que el juego tenga la capacidad de generar infinitas posibilidades, de acuerdo con las acciones y decisiones del jugador? Y claro, todo esto dentro de un mundo de realidad virtual indistinguible del mundo real.

(NPCs, del inglés non-playable characters. Personajes secundarios, que no controla el jugador.)

Estos son algunos escenarios que he estado imaginando últimamente. No estoy convencido de que los llegue a ver en mi vida a un nivel tan impresionante como los estoy visualizando, pero no dudo de que algún día serán una realidad.

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