Desconexión: Cuando el vínculo desvanece

En mi publicación anterior inicié una serie de artículos describiendo mis impresiones sobre la realidad de casarse y los riesgos que conlleva. Esta es la segunda parte de esa serie.

Uno de los temas centrales en la primera parte fue exponer cómo, por reacciones inconscientes, bioquímicas y hormonales, se genera artificialmente apego emocional en una pareja, llevándolos ciegamente a buscar el matrimonio.

Como mencioné, ese apego artificial eventualmente disminuye de manera considerable. Inevitablemente también disminuye, y algunas veces incluso hasta desaparece por completo, aquello que fue el causante inicial de esa exagerada sensación de vínculo: la actividad sexual.

Quiero dedicar esta segunda parte a compartir mis pensamientos al respecto, cuáles son algunas de sus consecuencias, y cómo se relaciona con nuestra naturaleza humana.

Matrimonios sin Actividad Sexual

Un "matrimonio sin actividad sexual" es un término que se utiliza para describir una relación marital en la que la pareja ha dejado de tener relaciones sexuales de manera significativa o completa.

No es un fenómeno inusual. Es un proceso progresivo que ocurre por diversas razones, (como las mencionadas en mi artículo anterior,) que llevan a una disminución en la atracción por el cónyuge y al aburrimiento mutuo, tanto personal como sexual. Concluye en insatisfacción marital y desinterés en la pareja en ser sexualmente activos el uno con el otro.

Para comprender mejor este fenómeno, hay que entender primero que las razones por las que un hombre y una mujer deciden casarse no son exactamente las mismas. Sigmund Freud opinaba que, para una mujer, el hombre es un medio, mientras que para un hombre, una mujer es un fin. Son tendencias naturales de origen evolutivo.

Esto quiere decir que un hombre decidirá casarse con una mujer por lo atractiva que le resulte "ella como tal", tomando en consideración su belleza física, juventud, potencial sexual y su personalidad. Una mujer generalmente se casará con un hombre debido a la capacidad que ella ve en él para ser un medio por el cual va a obtener algunas cosas que ella considera vitales, como protección, inversión parental y porque será su proveedor.

Esto no es equivalente a que este "hombre en sí" le resulte atractivo, y de hecho, usualmente, son situaciones mutuamente excluyentes.

Con Quién Casarse

El hombre con el que una mujer se casa, usualmente, encaja en la categoría que se denomina en la comunidad Red Pill como un "beta en espera".

Las mujeres, por lo general, consideran a los tipos "beta" poco atractivos y no tan masculinos, aunque usualmente ellos tienen otras cualidades, como compromiso y generar un ingreso económico estable.

Nunca le otorgaron mucha atención a este tipo de hombres cuando ellas estaban en la plenitud de sus mejores años de juventud y belleza, prefiriendo a hombres tipo "alfa", seguros de ellos mismos, dominantes, en forma y altamente masculinos. Sin embargo, alrededor de sus 30 años, cuando las mujeres empiezan a notar que su belleza y juventud van en inevitable declive, y que ya no pueden competir con las mujeres más jóvenes, es cuando buscan casarse con estos tipos beta, quienes, por así decirlo, estaban “en espera de su turno.” Aunque ellos no les resulten verdaderamente atractivos, las mujeres anticipan que las proveerán con recursos económicos estables a largo plazo, serán comprometidos, y que no les causarán mayores problemas.

No es de sorprenderse entonces que, luego de que una mujer tenga la impresión de ya haber asegurado lo que buscaba al casarse, (como tener hijos y la manutención necesaria a futuro para estos y para ella misma,) pierda la motivación para mantener relaciones sexuales con su esposo. Nunca se sintió realmente atraída hacia él, y con el paso del tiempo puede que llegue a sentir, no solo menos atracción, sino incluso hasta desinterés y distancia

Sobre la comunidad "Red Pill" (Píldora Roja): su nombre proviene de un término usado en la película "The Matrix" y se ha convertido en una metáfora utilizada en línea para describir una serie de comunidades y subculturas que comparten puntos de vista y creencias sobre las relaciones de género, la sexualidad, la psicología humana y la sociedad en general.

Estrategia de Reproducción Dual

Una estrategia que muchas mujeres utilizan para lidiar con esta contradicción entre el tipo de hombre que en realidad les gusta y atrae sexualmente, (es decir, con quien realmente quisieran concebir un hijo,) y con el que se casaron, es buscar quedar embarazada por el tipo alfa, y hacer pasar el hijo concebido con él como si fuera del esposo beta.

De esta forma obtendrán lo que ellas podrían considerar como "lo mejor de ambos mundos": el superior material genético para su hijo, brindado por el tipo alfa, y los recursos económicos estables y compromiso parental del tipo beta. No es una idea nueva, como tampoco un fenómeno inusual. Es, una vez más, la especie guiando el comportamiento de los humanos en beneficio de los hijos.

Debo agregar que debido a esto es muy importante para cualquier hombre realizar una prueba de paternidad a todos sus hijos. Interesantemente, en algunos lugares del mundo, estas pruebas son ilegales si no cuentan con el consentimiento de la madre, buscando proteger al hijo de ser abandonado gracias a un posible "fraude paterno."

Testosterona y Diferentes Expectativas

Uno de los factores que influye en la disminución del ya bajo sentido de atracción que una mujer podría sentir por su esposo es que, debido a mecanismos naturales, sucede un decremento en los niveles de testosterona en todos los hombres casados.

La influencia de esta hormona promueve, entre otras cosas, comportamientos y rasgos viriles que asociamos con ser varonil o masculino, que muchas mujeres encuentran sumamente atractivos. Si los niveles de testosterona disminuyen en un hombre, su comportamiento y rasgos físicos se volverán menos tradicionalmente masculinos, llegando al punto de incluso feminizarse un poco. Una mujer notará esto, consciente e inconscientemente, y juzgará a este hombre como poco atractivo.

Una de las teorías que explican por qué sucede naturalmente esta disminución de los niveles de testosterona en hombres casados, indica que así, durante una cohabitación a largo plazo, el hombre se volverá menos agresivo, y de esa forma será menos propenso a lastimar accidentalmente a su mujer y a sus hijos. La naturaleza de nuevo anteponiendo el bienestar de los hijos ante cualquier otra cosa.

Si bien puede haber diversas razones para un matrimonio sin actividad sexual, esta situación es generalmente propiciada por las mujeres, y castiga especialmente a los hombres, quienes naturalmente, por diseño, tienen una necesidad sexual mucho mayor que ellas. Esto es debido a que los niveles de testosterona, (que regula además el deseo sexual,) son considerablemente más altos en los hombres que en las mujeres. Casi 20 veces más. Aún si los niveles de testosterona se reducen en hombres casados, ellos aún seguirán teniendo una notable necesidad de actividad sexual constante, especialmente comparados con sus esposas.

Un hombre supone erróneamente que al casarse tendrá asegurada de por vida la forma de satisfacer su necesidad sexual, y que la actividad sexual con su pareja se mantendrá, durante toda su vida matrimonial, con frecuencia y entusiasmo similares a como era en un inicio. Esto raramente es así, como eventualmente descubre.

Si un hombre considera el potencial de actividad sexual con su esposa como una de las principales razones por las que decide casarse, mientras que para ella es importante las capacidades de él como proveedor, podría sonar injusto que una mujer deje de cumplir "su parte del trato," mientras que se espera que su esposo continúe cumpliendo la suya sin falta.

De cierta forma así es, pero no estoy completamente de acuerdo. Hay que tomar en cuenta que cada quien es responsable de sus actos. En lo que sea que decida hacer, es su responsabilidad informarse de qué se trata, y de lo que pueda pasar.

En la era de la información ser ignorante es una decisión.

Por lo tanto, en el caso de que un hombre piense que es injusto que su esposa evada sus "responsabilidades sexuales" hacia él, debe considerar que él mismo decidió casarse, y pudo haberse informado mejor sobre el asunto, la enorme probabilidad de que esto ocurriera, y en todo caso, qué hacer en su poder para promover lo contrario.

Pista: son los hombres con rasgos tipo alfa quienes despiertan naturalmente el interés en las mujeres por involucrarse gustosa, y hasta impulsivamente, en una actividad sexual. Las relaciones sexuales "por deber" o "por obligación" no valen la pena, ni deberían ser el objetivo. Generar un poco de ansiedad de competición no estaría de más.

No me culpes, yo no hice las reglas

Debo agregar que no solo las mujeres propician los matrimonios sin actividad sexual. Cuando un hombre lo hace es probablemente debido a que ya está involucrado con alguien más, o por que su esposa ha dejado de resultarle atractiva físicamente. No solo se trata de envejecimiento, lo cual debiera ser relativamente comprensible. Podría tratarse de falta deliberada de cuidado físico por parte de ella, como perder esa figura atractiva que su esposo ingenuamente imaginó que ella mantendría por siempre.

De cualquier manera, una situación de matrimonio sin actividad sexual termina causando, en uno o ambos cónyuges, distancia, insatisfacción y resentimiento. La infidelidad, sino es una de sus causas, también puede ser una consecuencia.

Puedes presionar aquí para la tercera parte de esta serie de artículos sobre la vieja institución del matrimonio.

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