Jethro Tull, la banda británica liderada por Ian Anderson, lanza su nuevo álbum, llamado “Curious Ruminant”. Es el álbum número 24 de una carrera nada corta. Sin mucha sorpresa, el personal que conforma la banda es adiciones relativamente recientes, siendo Anderson [voz y flauta] el único miembro original.
De hecho, la banda estuvo oficialmente inactiva por una década, y fue en el 2022 cuando Anderson decidió revivirla, trayendo con él miembros de su propia banda como solista. Fue entonces cuando la banda lanzó el primer disco de música completamente nueva desde hacía 20 años.

Así que, ¿cómo suena este nuevo lanzamiento? Primero que todo, es importante recordar que la música de Jethro Tull, con su mezcla de rock, folk y el énfasis en el uso de la flauta, nunca ha sido precisamente para todos. Pero para quienes disfruten la música de la banda van a encontrar aquí canciones bastante bien logradas, con ecos de los discos clásicos de Jethro Tull, especialmente aquellos que se inclinan más hacia el lado folk, moderando el contenido rockero, tal como “Songs From the Wood”. Esto intensifica un sentimiento casi surrealista, casi pastoral, del disco.
La flauta está en todas partes. Y bueno, me parece evidente que, independientemente de cómo le haya afectado el paso de los años al viejo Ian (77), su capacidad para tocar la flauta está absolutamente intacta. Creo que ese instrumento es básicamente una extensión de él mismo.
Su voz es inconfundible. Se escucha relativamente bien, aunque no tenga la fiereza y el tono rasposo de sus mejores años. Tal vez el hecho de que la música del disco sea moderada en su contenido de rock sea un reflejo de esto mismo. ¿Tal vez estará ya “demasiado viejo para rockear”?

En fin, las críticas describen “Curious Ruminant” como un álbum reflexivo y poético, donde las letras de Ian Anderson exploran la manipulación, la mortalidad y cierto comentario social, todo envuelto en esa salvaje y fantástica locura que define a Jethro Tull.
Canciones como “Puppet and the Puppet Master” y la épica de casi 17 minutos “Drink from the Same Well” fusionan imágenes medievales y míticas con reflexiones íntimas.
Y es que “Curious Ruminant” me parece un viaje introspectivo. Si bien Anderson muchas veces se esconde detrás de sus personajes, es interesante notarlo aquí con letras bastante personales.
En “Puppet and the Puppet Master” se describe a sí mismo como “I, the willing puppet, puppet master also,” [“Yo, la marioneta voluntaria, también el titiritero”], quien "vive para servir a los demás y hacerlos felices, comenzando por él mismo."
Otras de mis frases favoritas, muy contemplativas, están en la canción que da título al disco:
“Asking ‘Why am I here?’
Answering ‘Why am I anywhere?’
Orbiting construct of Jung and Freud.
Psycho dreaming asteroid.”
[“Preguntando ‘¿Por qué estoy aquí?’
Respondiendo ‘¿Por qué estoy
en cualquier lugar?’
Constructo orbitante de Jung y Freud.
Asteroide de sueños psicoanalíticos.”]
Es la contemplación sobre la vida, de un hombre de 77 años.
El disco es posiblemente la mejor obra de la banda en décadas, aunque la presencia dominante de Anderson lo hace sentir casi como un proyecto solista. Anderson, como un trovador en el crepúsculo, sigue conjurando mundos con su flauta y su pluma, demostrando que su genio, aunque más sereno, no ha perdido su chispa demente. Ideal para quienes buscan un prog-folk que desafíe la mente y toque el corazón.
No es “Aqualung” ni pretende serlo; aquí el rock cede terreno a un folk progresivo más delicado, casi como si Anderson, consciente de su legado, prefiriera susurrar sus locuras en lugar de gritarlas. Para los fieles de Tull, es un recordatorio de por qué esta banda sigue siendo un universo sonoro único; para los nuevos, una invitación a perderse en su gloriosa rareza.